De acuerdo con el Foro Económico Mundial, estamos inmersos en la Cuarta Revolución Industrial: una convergencia sin precedentes entre los mundos biológico, digital y artificial. Este cambio no solo redefine la tecnología, sino también el futuro del trabajo. Para 2030, se estima que al menos 12 millones de empleos en Estados Unidos desaparecerán o se transformarán por el avance de la inteligencia artificial.
En este contexto, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) realizó un estudio con jóvenes de 15 años en 10 países, incluyendo Estados Unidos. El hallazgo es preocupante: aunque los estudiantes cuentan con formación académica, carecen de experiencia profesional relevante. Esto implica que tienen tres o cuatro veces menos probabilidades de estar empleados que sus padres a la misma edad, dificultando su adaptación a un mercado laboral en constante cambio.
Al comparar modelos educativos, países como Suiza y Alemania destacan por sus programas de formación dual, donde la teoría se combina desde temprano con experiencias laborales reales. En el estudio que realicé “Innovación en las trayectorias profesionales en cinco países", en 2024, encontramos que, en Suiza, cerca del 70% de los jóvenes entre 12 y 14 años participan en programas de pasantías, mientras que en América del Norte esa cifra apenas supera el 20%, y muchos estudiantes comienzan hasta los 18 años. En México, aproximadamente el 38% de los estudiantes de entre 15 y 19 años están inscritos en programas vocacionales, lo cual está cerca del promedio de la OCDE. (Para un resumen de 20 páginas con los hallazgos y lecciones aprendidas en español, por favor vea aquí).
La gran pregunta es: ¿cómo debe transformarse la educación para preparar mejor a las nuevas generaciones? A lo largo de mi trayectoria he tenido la oportunidad de visitar diversos países y observar sistemas que integran eficazmente la educación con el sector privado. Muchos estudiantes se pierden en el camino entre la escuela y el trabajo. El reto central hoy es ofrecer experiencias laborales significativas que desarrollen tanto habilidades técnicas como socioemocionales y brindar a los alumnos una adecuada transición a la vida adulta.
Aunque en ocasiones parecen esfuerzos aislados, iniciativas locales están marcando la diferencia.
Durante mi estancia en México participé en el Día de la Educación Roberto Rocca, tanto en Tenaris Tamsa en Veracruz como en Ternium en Pesquería, Nuevo León. Ese Día pone al centro a la educación para el progreso. En este espacio se comparten charlas y buenas prácticas que se implementan en escuelas, y se refuerza la importancia de la educación dual y el acercamiento de los jóvenes a experiencias reales de trabajo.
En el Día de la Educación Roberto Rocca en Nuevo León y en Veracruz, pude ver de cerca el impacto que la Escuela Técnica Roberto Rocca (un proyecto educativo de más de USD 30 millones) y el sistema de Programas Educativos Roberto Rocca tienen en la juventud mexicana. Tuve el privilegio de visitar esta institución, hablar con estudiantes y docentes, y visualizar como la Escuela y los programas como Extra-Clase y Gen Técnico tienen un impacto real en la creación de oportunidades; diseñados para aprender mediante la creación de proyectos y prácticas en plantas industriales.
El desarrollo del talento local y la educación son clave para la movilidad social. La inversión en instituciones educativas de clase mundial y programas que incentiven el acercamiento a las ciencias para los estudiantes, les permiten tomar decisiones más informadas, desarrollar habilidades transferibles, prepararse para empleos de nivel intermedio y cerrar la brecha entre el aula y la vida laboral.
Cabe mencionar que, a diferencia de los países antes mencionados, México no cuenta con datos oficiales sobre cuántos estudiantes de preparatoria participan en programas de pasantías o formación práctica. Así que esfuerzos como este aportan numeraria fundamental para medir el impacto en estos jóvenes para su mejor y más rápida integración al mercado laboral bien remunerado.
México necesita más modelos como éstos, que acerquen a los jóvenes a la realidad productiva y los pongan al centro de la estrategia educativa, al tiempo que fortalezcan sus capacidades y aspiraciones. Además, los responsables elaborar políticas públicas, educadores y empleadores de todo el mundo tienen mucho que aprender del liderazgo filantrópico de la Fundación Roberto Rocca.
Como lo menciono en las conclusiones del estudio, tenemos que hacer inversiones en educación que detonen nuevas ideas, que sean sustentables y escalables, que al mismo tiempo requieren cambios significativos en políticas públicas para su mejor implementación. Solo integrando el conocimiento con la experiencia práctica podremos construir un futuro donde la educación sea verdaderamente una palanca de movilidad y transformación social.
Paul Herdman es actualmente Presidente y Director Ejecutivo de la Fundación Rodel de Delaware, una organización filantrópica enfocada en mejorar la calidad y la equidad de los sistemas educativos y laborales en Delaware, Estados Unidos. Tiene experiencia como educador, formulador de políticas e investigador, y es un orador frecuente sobre temas relacionados con la educación y el mercado laboral.