Es el lema en latín de la Ilustración, que Immanuel Kant definió como “ten el valor de usar tu propia razón” contenido en su ensayo “¿Qué es la Ilustración?” (1784), que explicó como: “la salida del hombre de su autoculpable minoría de edad”, entendida como “la incapacidad de servirse del propio entendimiento sin la guía de otro”, debido a la falta de valor y decisión. ¡Sapere aude! es un grito de emancipación intelectual, un acto de maduración moral, para liberarse del tutelaje sobre todo político o religioso; un grito necesario para el progreso de la humanidad. Según Kant porque somos libres somos seres morales.
¿Y a qué viene a cuento el sapere aude kantiano?
A que tanto en EU como en México estamos padeciendo una regresión a estadios infantiles que conducen sus respectivos populismos.
NO KINGS (NO REYES) fue la exclamación de millones de manifestantes en casi 2000 ciudades de la Unión Americana en contra de Trump, en una clara alusión a una forma de gobierno despótico, por la que pretende someter a su pueblo a una minoría de edad de súbditos sujetos a su caprichosa y cambiante voluntad.
El orden económico de la post guerra promovido en Bretton Woods (1944) por los EU, que le permitió un colosal desarrollo económico con base en la mayoría de edad de la libertad comercial, ha sido minado por Trump para regresar al tutelaje del proteccionismo. Pretende “Hacer grande a América de nuevo” cuidando a sus empresas nacionales cual infantes, para evitar su crecimiento y madurez mediante la competitividad internacional.
Mientras se empecina en transmutar la república en una monarquía tutelar de súbditos menores, se divierte en rabietas infantiles con su antes endiosado Elon Musk, quien lo acusó de pederasta, y gasta 45 millones de dólares en un patético y escuálido desfile militar para festejar su cumpleaños en Washington DC, con enclenques unidades de soldados que ni siquiera pudieron mantener el ritmo marcial propio de una parada militar. Queriendo imitar los desfiles en Moscú, Tiananmen en China, o Pionyang en Corea del Norte, el ejército más poderoso del globo hizo el ridículo para cantarle ¡happy birthday! a su aburrido y somnoliento comandante en jefe.
Por lo que hace a México, el resultado final de la llamada” elección” judicial es otro ejemplo, de regresión ahora a la infancia electoral, en la que el sistema de partido hegemónico decidía por el votante a quien elegir, privándolo de su derecho a ejercer su voto con madurez y en libertad. La 4T no sólo decidió que los juzgadores fuesen electos, sino también quiénes debían ser los candidatos, y sobre todo quiénes los ganadores. Con acordeones, el mensaje de una “elección dirigida” no pudo ser más claro: “no sólo quiero que votes por los candidatos que yo decidí figuren en las boletas, sino además por quienes quiero que queden en los cargos” y así fue, las mujeres y hombres de los acordeones resultaron los electos. ¡Vaya manera de matar la mayoría de edad electoral!
Pero en ese lamentable escenario de regresión infantil electoral, el sapere aude kantiano no pudo erradicarse del todo: el 90% del electorado tuvo el valor de usar su razón con un ¡NO! a una elección tramposa, y no acudió a las urnas o anuló su voto, y 5 consejeros de 11, tuvieron el valor de usar su propia razón para gritar el sapere aude en la sala del Consejo General del INE, el domingo pasado. Exigieron la no validez de la elección frente al oprobioso fraude regresivo a la minoría de edad, que validaron los otros 6 consejeras y consejeros.
Gracias Claudia, Jaime, Martín, Dania y Arturo por evidenciar que en México todavía existe vergüenza y voluntad de permanecer en la mayoría de edad electoral propia de la Ilustración, lejos del tutelaje gubernamental que no es otra cosa que la aplicación irrestricta del dictum de Platón: “De todos los principios, el más importante es que nadie, ya sea hombre o mujer, debe carecer de un jefe... deberá enseñarle a su alma por medio del hábito largamente practicado, a no soñar nunca actuar con independencia y a tornarse incapaz de ello”.
Docente/investigador de la UNAM